Durante las sesiones ordinarias del Consejo de la Magistratura realizadas esta semana en Puerto Madryn, se resolvió este jueves —por voto unánime— la suspensión del juez Claudio Petris, quien será sometido a un jury de enjuiciamiento.
El cerco se cierra sobre el camarista cordillerano, tras una serie de denuncias y testimonios que lo ubican del lado equivocado de la Justicia. Petris está sospechado de lavado de activos, acoso y abuso sexual, enriquecimiento patrimonial injustificado, maniobras financieras irregulares, abuso de poder y conflicto de intereses.
El magistrado, ferviente defensor de los fueros de inmunidad que amparan a jueces y funcionarios, había renunciado tiempo atrás a la presidencia de la Asociación de Magistrados y Funcionarios Judiciales de Chubut. La decisión se produjo luego de que una investigación periodística revelara un escándalo de gran magnitud, que a nivel nacional se compara con el caso del juez Norberto Oyarbide. Ambos comparten un denominador común: haber utilizado su investidura para beneficio propio, traicionando los principios que sustentan la honorabilidad judicial.
Mal desempeño
El Consejo de la Magistratura, órgano encargado de la selección y control de los jueces, resolvió acompañar por unanimidad el resultado del sumario iniciado por la consejera popular Mabel Del Mármol, cuyo informe concluye que Petris reúne causales de mal desempeño. Por tal motivo, las actuaciones serán elevadas al Tribunal de Enjuiciamiento para formalizar el inicio del proceso.
En la misma sesión, también se votó —por unanimidad— la suspensión del camarista por seis meses, junto con la retención del 50% de su sueldo durante ese período, hasta que se defina su situación.
La comisión de acusación estará integrada por los consejeros Rafael Lucchelli, Paula Cardozo y Giovana Taurelli Chiribao, quienes avanzarán con el proceso que podría culminar con la destitución del juez esquelense.
La situación de Petris marca un hecho sin precedentes en la Justicia chubutense: un funcionario que, lejos de impartir Justicia, parece haber hecho todo lo contrario. Como dice el refrán, “el zorro, dentro del gallinero”.
 
					 
							 
					 
							 
								
 
			 
		 
		 
		 
			



 
		 
		 
		 
		 
		
 
									